Llega a un estado de soledad tal que piensa en la muerte, le pide a Dios que ya recoja su alma, pues no le encuentra ya sentido a la vida. Efectivamente la vida no tiene ningún sentido, ¡hay que dárselo! Sin embargo, a partir de los sesenta años de edad es difícil encontrar nuevos proyectos, propósitos, metas; debido a que su menta se encuentra cansada, igual que su cuerpo y el espíritu de lucha, el triunfador, se va terminando, desapareciendo de su existencia.
Esto es inevitable, aunque muchos se aferren a mantenerse activos, entusiastas, dinámicos, porque sus facultades mentales, físicas y espirituales, le impiden o lo incapacitan, teniendo que aislarse de la sociedad, buscando un confinamiento en casa o convirtiéndose en un parásito de su familia o de la sociedad. Muchos son abandonados en un asilo de ancianos o para personas de la tercera edad, o marginados en casa. Es triste llegar a viejo, pero es más triste no llegar.
Por este motivo existe la necesidad mundial de velar por las personas que ya lo dieron todo, ya sirvieron a la sociedad, a su comunidad, a su núcleo social y familiar.
Se olvida la sociedad que esas personas de la tercera edad todavía tienen mucho que dar, aunque sea consejos, experiencias, pero egoístamente lo abandonan muchas veces a su suerte o lo dejan marginado en el domicilio de algún familiar. Los jóvenes no piensan en que algún día ellos van a llegar a viejos y que también van a necesitar de la ayuda de los demás.
Se realizan concursos de canto, baile, conocimientos, etc., mas nunca toman en cuenta realizar algún concurso para personas de la tercera edad. A las convivencias familiares, cumpleaños, bodas, bautizos, etc., no son invitados y menos aun cuando las personas de la tercera edad carecen de medios económicos para colaborar con dichos eventos o festejos sociales.
Es muy triste para estas personas mayores ver cómo sus propios hijos se despegan de ellos, incluso sus hermanos o familiares cercanos.
El único consuelo que le queda al ser humano en esta etapa triste y de abandono, es Dios, a quien se le ruega que ya recoja su alma, o que cuando menos no le permita ser atrapado por la Depresión, que conlleva la tristeza, el sentimiento de soledad, la melancolía, etc. A esas personas de la tercera edad les digo que mientras hay vida, hay esperanza, donde hay esperanza hay Fe, donde hay Fe está Dios y donde está Dios no falta nada. Debemos sentirnos satisfechos con lo que Dios nos dio, nos da y nos seguirá dando, así como agradecidos con Él hasta el final de nuestros días. No nos queda más remedio que esperar la voluntad de nuestro Creador, con tranquilidad, amor, respeto y confianza en Dios.
Toda la Humanidad debe y tiene que hacer conciencia respecto a la forma de vida que llevan las personas de la tercera edad, colaborando de una u otra manera para darle a ese familiar una óptima calidad de vida, atendiendo a sus necesidades indispensables, evitando el estado de soledad.
Не делая различий между людьми, Господь, одинаково милосерден, ко'
ResponderBorrarвсем категориям граждан... Аминь.