viernes, 17 de enero de 2014

querido diario



No es la primera vez que te escribo, ni la segunda, ni la tercera... Sé que toda mi vida es un recuerdo que me hubiera gustado escribir sobre un montón de papeles, pero eran tantas cosas las que contar, que siempre me faltaban las ganas de seguir escribiendo, ¿y sabes por qué? por qué me faltan esas ganas locas que siente una persona por comerse el mundo una y otra vez hasta conseguir dominarlo. Me considero una persona insegura, difícil de entender y comprender.

Me limito a los hechos y no a las simples palabras, aunque debo de reconocer que soy demasiado sentimental y algunas veces unas simples palabras acaban enamorando a una, sobre todo a mí, y no porque sea una persona fácil, sino porque algunas veces pienso que necesito a alguien a mi lado que me entienda y comprenda, que sepa valorar todo de mí, que me ayude, que esté en las malas y en las malas. No podemos decir que lo de fuera es lo más importante (ayuda pero no es importante), sino el interior que aguarda una persona.

Soy de las pocas personas que admiten que el interior es lo que más cuenta, más vale un rostro moribundo con un corazón de oro que un rostro bonito con un corazón de puro odio y resentimiento. Me enamoro de esos ojos sinceros que cuando te miran te lo dicen todo.

La palabra amor, y la escribo con mayúscula porque es una palabra que se sale en todos los sentidos... Yo diría que es el sentimiento más puro y más sincero que hay. El amor de tus amigos, familia y sobretodo de ese amor verdadero que crees que lo es-

Todos nosotros debemos entender que la familia cuenta más que cualquier otra persona y que tus amigos cuentan muchísimo más que ese amor que crees algunas veces que es verdad y no es falso como siempre suele ser, pero como ese sentimiento no hay ninguno y eso hay que decirlo.

Siempre estaremos distantes de todos por esa persona tan especial, porque esa persona especial, te quiera o no, es la que te hace sentir experiencias nuevas y llevarte hasta el infinito y más allá con un simple beso.

Y bueno ahí es donde quiero llegar, ¿sabes por qué te escribo? Por qué ahora sí que tengo un motivo por el que luchar y es ese el motivo que hace que por el día me levante con una sonrisa de oreja a oreja y haga que quiera comerme el mundo entero en un sólo día, y que por la noche me acueste, me acueste sabiendo que tengo a mi lado a la persona más increíble que hay y que cuando despierte seguiré soñando. Un sueño en el que sólo existimos él y yo, juntos y caminando de la mano a lugares desconocidos, sin miedo a lo que pueda pasar, son temor ninguno a perdernos.

Somos como el agua y el aceite, sólo tenemos una cosa en común y es ese amor que nos hace sentir vivos a los dos. Un beso suyo significa un siglo de vida con él, y aunque parezca que si he acabado por fin una página de este diario he de decir que no, porque está página es el comienzo de este gran amor, y creerme que jamás se acabará, porque esto que siento por él va más allá de todo lo que está escrito, de todo aquello que se pueda imaginar o pensar...

P.D. Lucha por aquello que quieras y sientas que es de verdad. Sé que él es de verdad porque, me hace ver las cosas de otra manera.

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