viernes, 17 de enero de 2014

mi maldicion


Hoy como tantas noches, estas frías brisas vuelven acariciar mi rostro recordando que tus cálidas manos ya no lo rosaran más, con esos dedos de diosa que eran mi manera de acariciar el paraíso por breves instantes; ahora esa entrada al paraíso se ha convertido sin duda alguna en mi peor tortura deslizándome hacia la locura y amargura.

Han pasado días, semanas, meses y años, y esta maldición duele con más intensidad en lo poco que queda de mi corazón sin encontrar la cura que me devuelvan mis ganas de sentir y creer en que puedo volver hacer feliz a alguien que ya no seas tú.

Quiero una vida nueva en donde tu nombre ya no exista en mi vocabulario, tus recuerdos no pertenezcan a mis memorias y tu esencia se extinga de mis brazos, pero esperando hasta el día que la obtenga seguiré mendigando con este adorado tormento por los laberintos de la soledad.

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