A mi primer y último amor

¿Me preguntas si te amo?... Me desconciertas con tus preguntas es muy cierto… Tenemos un pasado en el cual yo ya había aprendido a amarte entre las sombras, entre lágrimas y silencios.

Tu abismo de desconfianza no me hace temblar ni por un segundo, pues sé que entre mis brazos encontrarás la respuesta, me preguntas si te amo cómo si no hubieras sentido los latidos de mi corazón gritando tu nombre, querido… Te amo más que aquella niña a su juguete, sin egoísmo, pidiendo sólo a cambio tu amor… ¿Cómo es posible que no sientas las lágrimas que he derramado? ¡Si tú eres el aire si me pides que respire! ¡Si yo soy agua si tú tienes sed! Yo te amo por tus caricias, por los celos que se despiertan cuando te vas, porque allá donde vayas quiero que me lleves contigo…

Ya nunca permitiría que hubiera una ley que me prohibiera amarte… Yo puedo ver en tus ojos cómo si de puertas abiertas se trataran, detrás de esa sonrisa pocas personas saben lo que se esconde en realidad, incluso alcanzo a ver la huella que dejé en ti. ¿Sabes amor? En este tiempo de algún modo algo dentro de mi te seguía buscando entre la gente, me pregunté tantas veces quien te llevaría de la mano ahora, acababa encontrándote en mis sueños, buscaba entre tus recuerdos para deshacer esta sórdida soledad, ahora hecho la vista atrás y me arrepiento de las palabras de amor que nunca te dije, el tiempo fue corto.

Nunca te dije cuanto lloré, por las noches mi almohada llegó a quedarse sin respuestas, nunca te dije que soñaba con el día en el que me cogieras de la mano, tampoco te dije que mi alma se apagó con tu partida y me sentía sola aun rodeada de gente, no te dije que hablaba de ti con lágrimas en los ojos y que en ellos se podía ver cuánto te quería, nunca te dije que a tu lado me sentía en el cielo y caminaba entre nubes y por supuesto nunca te dije que cuando te miraba el mundo se paraba y todo giraba en torno a ti, tú eras el principio y el fin de cada cosa. Ahora me pregunto si a ti cómo a mí se te llenara la mente de imágenes pasadas, ¿Será entonces la lluvia en tus ojos, como sucede en los míos?

Me despido diciéndote que amo la manera en la que me dices “Buenos días princesa”, que te amo, no tengas ninguna duda porque sin ti no habría diferencia entre mis días y mis noches, que tristes y oscuros son mis versos si en ellos tú no estás amor. Te amo con el aliento, las sonrisas y las lágrimas de toda mi vida.