jueves, 9 de enero de 2014

la luna



La luna estaba ahí, con su intrigante resplandor, y su hermoso silencio, y aquí estaba yo, con mis frágiles ojos observando su cruel belleza, en un breve absorber del aliento me acorde de aquella Diosa Artemisa, de aquella mujer que con sus grandes ojos iluminaba en mi ceguera constante, que con sus húmedos besos sabor limón me liberaban de la muerte y me daba sentido a la vida, que con sus tiernas caricias me inspiraba a la pintura y al momento eterno.

Sus ojos eran cómo la luna, con más dudas que certezas, con una extraña y singular curiosidad hacia el universo, y con cierta rebeldía hacia la libertad, es ahí, cuando encontré sus similitudes, ella al igual que la luna siempre quiso escapar de su remordimiento y tristeza, escapar de aquel planeta y poder recorrer todo su infinito universo, pero, la mujer que atrevo a decir que amé, era más audaz e intrépida que la luna y su meta era clara, encontrar su propia salida, sin ayuda y sin compañía, y es ahí cuando entro yo, que a diferencia de la tierra, dejé mi fuerza y arrogancia y con una triste seguridad la dejé ir, dejé que cumpliera su camino solo, y el único regalo y el único recuerdo que me dejó fueron su cruel espejo, la luna.

1 comentario:

  1. Смелым, покоряется луна!..
    И, перед ними, преклоняется она,
    В прекрасный, превращаясь полумесяц!..

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