Algunos consejos prácticos para mejorar el afecto y la comunicación
1. Escucha lo que dice tu hijo o hija, déjale terminar: Dejar que tu hijo hable, que diga lo que piensa o siente, es muy beneficioso para el buen funcionamiento de la familia y para su bienestar. Si no dejas que termine lo que quiere decirte y lo interrumpes porque piensas “ya sé lo que me va a decir”, nunca sabrás qué ideas tiene ni cómo se siente.
2. No critiques, no juzgues, no culpabilices: No eres un juez. Si te dedicas a sancionar su conducta de forma constante estás poniendo una barrera entre tu hijo y tú. Si está enfadado y te grita, puedes corregir su comportamiento con algo como: “ya veo que estás enfadado y me parece normal, pero si no me gritas me enteraré mejor. Cuando te calmes podremos seguir hablando”.
3. No des lecciones: Tendemos a decir a nuestros hijos lo que deben hacer. Es mucho más útil y beneficioso que les enseñes a buscar soluciones, que razones con tus hijos las ventajas e inconvenientes de cada posibilidad.
4. Dale importancia a lo que te dice: A veces lo vemos preocupado por un asunto que para nosotros no tiene la menor importancia y podemos pensar:“no son más que tonterías, cuando sea grande se dará cuenta ...”. Si cuenta contigo para hablar de sus cosas, valóralo. Si no le das importancia a lo que quiere contarte, puede que en el futuro deje de hablarte de ello.
5. Enséñale a comunicar sus sentimientos: No es suficiente preguntarle qué ha hecho sino también cómo se ha sentido. Puedes ayudarle a que entienda qué siente preguntándole “¿estás enfadado o triste?” o diciéndole “yo estoy orgulloso ¿y tú?”. Todos tenemos que aprender a expresar nuestros sentimientos y tú puedes ayudar a tu hijo a ello.
6. Controla tus impulsos: Puede ocurrir que te cuente que ha hecho cosas que no te gustan (por ejemplo, que ha faltado a una hora de clase porque no tenía ganas de ir). En esos casos no te dejes llevar por los nervios; si reaccionas de forma impulsiva y no razonas con él, puede que la próxima vez no confíe en ti y no te lo cuente. Evita los gritos, las amenazas, ordenarle lo que tiene que hacer. Cuando estés más sereno habla con él y explícale qué es lo que no te gusta.
7. Ya no es un niño: No lo olvides, se está convirtiendo en adulto, si lo tratas como tu niño pequeño se sentirá avergonzado, más aún delante de sus amigos y amigas. Evita criticarlo, darle lecciones, invadir su espacio personal en todo momento, especialmente cuando esté con su pandilla.
-ДЕТИ, КОНЕЧНО СВЯТОЕ, НО, НЕЛЬЗЯ ЗАБЫВАТЬ О ТОМ,
ResponderBorrarЧТО, МЫ ВЫШЛИ ДАВНЫМ -ДАВНО, ИЗ ЭТОГО ВОЗРАСТА!